Recuerdos del día de la madre. Opinión!!

Hoy no es un día cualquiera, la música de marimba que resuena en el parlante de la casa me transporta unos 50 años atrás, era el segundo domingo de mayo.

Hoy no es un día cualquiera, la música de marimba que resuena en el parlante de la casa me transporta unos 50 años atrás, era el segundo domingo de mayo; me lleva directamente al majestuoso, imponente y emblemático “Anacahuite” en mi querido San Nicolás, donde cientos de niños de la escuela “Petrona R de Bográn” corríamos entusiasmados en todas direcciones esperando los acontecimientos.

También viene a mi mente las decenas de “Madres” que con sus floridos vestidos esperaban la “celebración del día de las madres”, ¡Qué bello día! Viene a mi mente el caminar de los “maestros” de la escuela ordenando a los niños, El prof. Horacio y la profe Delma, El prof Olivo y la profe Chunga, La profe Concha y la profe Amanda, Los jóvenes profesores Ely y Manuel, el director Don Arnold, y el profesor Omar como maestro de ceremonia, todos procurando que los actos sean los mejores de la historia.

Había 2 maestras la profe “Navy” y mi madre la profe “Leticia” que llevaban el arte en su alma y después de ensayar 2 meses el poema el “El Brindis del bohemio” chequeaban todo; el sonido y escenario para no fallar. Y así fue. Espectacular. Las lágrimas fluían por “montón” en los ojos de madres e hijos presentes que se transportaban al espacio deseando abrazar a su madre, Escuchar palabras salidas del corazón del poeta Guillermo Aguirre y del declamador en este caso su servidor:

Brindo por la Mujer, más no por esa que la que halláis consuelo en la tristeza, rescoldo de placer desventurados, no por esa que os brinda hechizos cuando besáis sus rizos artificiosamente perfumados. Brindo por la mujer pero por una, por la que me brindo sus embelesos y me envolvió en sus besos; por la mujer que me arrulló en la cuna.

Por la mujer que me enseño de niño lo que vale el cariño exquisito, profundo y verdadero; por la mujer que me arrulló en sus brazos y que me dio en pedazos uno por uno el corazón entero. Por MI MADRE, bohemios; por la anciana que piensa en el mañana como algo muy dulce y muy deseado, porque sueña talvez que mi destino me señala el camino por el que volveré pronto a su lado.

Por la anciana adorada y bendecida, por la que con su sangre me dio vida, ternura y cariño; por la que fue la luz del alma mía, y lloró de alegría sintiendo mi cabeza en su corpiño. Dejad que llore y que en mi lágrima desflore esta pena letal que me asesina; dejad que brinde por mi madre ausente por la que llora y siente que mi ausencia es un fuego que calcina. Por la anciana infeliz que sufre y llora y que desde el CIELO implora que vuelva yo muy pronto a estar con ella.

Por mi madre, bohemios que es dulzura vertida en mi amargura y en esta noche de mi vida, estrella…

Fue una mañana pletórica de alegría y felicidad. Después vinieron los regalos a las madres que consistía en galleta y un refresco envuelto el papel “china”, pero que tuvo un impacto enorme en nuestros corazones. Sin olvidar la fiesta por la tarde en el salón de la escuela donde los niños teníamos la libertad de “bailar” al son de la marimba con la compañera que admirábamos del aula. Que recuerdos, Que momentos que nunca mueren. Me parece que esos tiempos fueron mejores que los actuales.

Feliz DIA DE LAS MADRES a todas las MADRES en especial a mis amigas. También muchas felicidades a los maestros de esa época. Gracias por ser lo que fueron con nosotros sus alumnos e hijos al mismo tiempo.

Redacción: Ingeniero Carlos Roberto Pineda Mejía