Población hondureña no cree en instituciones creadas por el gobierno para combatir la corrupción

Informes revelan que la corrupción a tenido un repunte en Honduras

Santa Bárbara Honduras.  Después de varios días de la no renovación del Convenio con la MACCIH los diferentes sectores de la población se siguen pronunciando, en Santa Bárbara miembros de la sociedad civil y grupos organizados coinciden que es un retroceso en la lucha contra la corrupción

Además, la población que se dedica a diversas actividades en la ciudad manifiesta que era algo que no se podía evitar pues son de la opinión que la mayor corrupción la genera el estado de Honduras, entonces como se van a meter presos ellos mismos comento un vendedor ambulante de la ciudad.

Personalidades como Defensores de Derechos Humanos y abogados son de la opinión que la MACCIH fue favor que le hizo el secretario de la OEA al presidente Hernández debido a la presión de las marchas de las antorchas en ese momento pero que realmente el gobierno es el menos interesado en combatir la corrupción que impera en país.

Con la salida de la MACCIH fue creada la UFERCO Unidad Fiscal Especializada Contra Redes de Corrupción la cual opinión de muchos Santabarbarense va ser una nueva institución que no va tocar a los grandes peces involucrados en la corrupción.

Una vez que ha entrado en operación la Unidad Fiscal Especializada contra las Redes de la Corrupción UFERCO, se ha desatado una surte de reacciones en torno a la ruta que sigue Honduras en materia de transparencia. La salida de la Misión de Apoyo contra la Corrupción y la Impunidad MACCIH, dejó un sabor amargo respecto a la quebradiza voluntad y el tambaleante compromiso para combatir la impunidad en el país.

A la luz de lo expuesto por quienes han tomado las riendas de la nueva instancia de combate a la corrupción, no debemos alimentar esperanzas sobre un vuelco en la cultura de rendición de cuentas. La UFERCO ha sido dada a luz sin la suficiente fuerza ni las adecuadas herramientas para ganarle el partido a los inmorales y deshonestos que se han robado nuestros recursos.

Nos genera desconfianza el doble discurso pronunciado sobre la línea de una batalla contra la corrupción y de la anunciada política contra la criminalidad en Honduras. Son planteamientos desprovistos de una férrea legitimidad y credibilidad, habida cuenta la confabulación de ciertos grupos que -al final- obtuvieron su propósito de sepultar el acompañamiento de la misión de la Organización de Estados Americanos.

No cabe duda que sectores económicos y fuerzas políticas están al acecho y listos para conspirar contra cualquier nuevo esfuerzo por arraigar una acción depuradora en Honduras. Convencidos estamos que de nada servirán todas las iniciativas a favor de la transparencia si el plan anticorrupción del Gobierno no apunta hacia aquellos focos de infección.

El plan anticorrupción debe ser traducido en hechos y no quedarse en palabras vacías, ni en planteamientos populistas o en premisas de fachada. Nos llama a preocupación la aseveración del fiscal general, Oscar Chinchilla, en torno a la existencia de una conspiración contra el Ministerio Público.

La amenaza de los deshonestos se ha mantenido viva y fortalecida. Esto es concreto y ha sido denunciado por sectores de la sociedad civil, agrupaciones políticas de la oposición, gremios y ciertas corrientes de empresarios e industriales. 

Lo destacado es que sea el propio titular de la institución que ejerce la acción penal pública quien haya puesto al descubierto la intención de poderosas células de desbaratar la institucionalidad que lucha contra la corrupción. Nos hacemos eco de la declaración juiciosa en el sentido que No hay peor sordo que el que no quiere oír ni mayor insensato que aquél que se niega a escuchar la voz de la conciencia, el clamor de justicia y la demanda para que sea cortada de raíz la corrupción.

A pesar que mandatario hondureño a diario habla en medios de comunicación del combate a la corrupción la población hondureña a perdido toda esperanza en las actuales autoridades y estas declaraciones no más sirven para llenar el guion de los diferentes medios de comunicación.

Algunos sectores de la población Patepluma manifiestan que pareciera que el gobierno anda en campaña política cuando visita las  ciudades del país, realizando discursos populistas y llevando falsas esperanzas a una población que lo que espera son acciones que realmente resuelvan los verdaderos problemas de país.

La población patepluma no cree en instituciones que combaten corrupción en Honduras