Familias quedaron traumadas y enfermas por pérdida de sus viviendas en la aldea El Zapote Gualala

Niños visitan el lugar donde fue su casa por muchos años ahora solicitan apoyo. Foto Alex Sabillón

Santa Bárbara Honduras. www.loschuñas.com. Vecinos de la comunidad del Zapote Gualala Santa Bárbara, no superan daños emocionales dejados por la destrucción de sus viviendas, a causa de los derrumbes provocados por la depresión tropical Eta.  

Casi un mes después de haber perdido sus casas a consecuencia de los derrumbes, provocados por la lluvia de la depresión tropical Eta, mujeres, hombres y niños siguen con un trauma emocional, los cual les provoca ataques de pánico y de nervios.  

Los más afectados son niños y mujeres, los cuales no duermen y hasta el apetito han perdido, niños se despiertan a toda hora de la noche llorando y algunos hasta salen corriendo de sus casas, diciendo que están se van a caer nuevamente.

Teresa De Jesus Vasquez afectada de los nervios y ataques de pánico. Foto Alex Sabillón

Teresa De Jesús Vásquez es una de las afectadas con lágrimas en sus ojos narró los minutos de terror que vivió al momento que la montaña se venia abajo y arrasaba con la casa de su hija, quien es madre soltera y perdió todo por la tragedia ocurrida.

Vásquez narró que eran como las 9:00 de la noche del día cuatro de noviembre, cuando se empezaron a escuchar los estruendos producidos por los derrumbes de las montañas cercana a la casa donde ella habita, junto con su esposo y algunos de sus nietos.

Estaba oscuro, no se miraba nada, no había energía y la lluvia cada vez era más fuerte, fui corriendo a casa de mi hija que vivía a unos 60 metros de mi casa, en la parte de arriba escuchaba gritos de otros vecinos que nos decían sálgase la montaña va para abajo los va matar.

Cuando escuché eso corrí, no se ni como lo hice, solo recuerdo que yo caía y me levantaba y seguía corriendo a la casa de mi hija, mientras los gritos eran más en la parte alta de la aldea, y ya varias casas se habían destruido a causa de los derrumbes.

Cuando llegue a la casa de mi hija ya esta venia saliendo con sus tres hijos, como pude tomé uno en mis brazos y salimos corriendo, en medio del lodo y de la oscuridad, corriendo y no sabíamos para dónde pues la noche era oscura y el foco de mano poco alumbraba.

Yo me caí varias veces con el niño, pero seguía corriendo como pude llegue a un lugar seguro con mis nietos e hija, y una media hora después, escuchamos un ruido,  las casas se habían derrumbado, mire eso fue feo jamás olvidaré esa noche cuando los derrumbes destruyeron todo y recuerdo los gritos de la gente corriendo a todos lados buscando donde protegerse.

Las viviendas quedaron destruidas en su totalidad Foto Alex Sabillón

Pasamos varios minutos bajo el agua creo que una hora o más mientras llegaron otros vecinos del Zapote auxiliarnos, nos llevaron a la iglesia, otros a la escuela y al kínder, allí amanecimos todos mojados, mientras los niños lloraban por el frío.

La mañana siguiente fui a mi casa y al llegar al lugar donde vivía mi hija me desmayé me dieron aire boca a boca, no podía creer lo que estaba mirando, la casa de mi hija y de otros vecinos se habían destruido y no quedaba nada, todo estaba bajo la tierra y las piedras.

Después de un rato volví en sí, pero muy afectada por los nervios yo temblaba no se si de frío o por los nervios de ver como quedo la casa de mi hija que es todo lo que ella tenía, mire ella tiene tres hijos vive sola y no se como va hacer para tener una casa de nuevo.

Teresa con lágrimas siguió narrando, me fui a mi casa y la encontré rajada por todos lados, no pude evitarlo y me puse a llorar mientras otra vez los nervios me atacan, mi cuerpo temblaba y yo solo quería llorar era lo único que yo hacía.

Mire nos regresamos a la iglesia donde estábamos albergados, pero allí también la pasamos feo, éramos mucha gente y no cabíamos y afuera era gran lodazal, como pudimos pusimos piedra y bajo el agua cocinamos, aunque sea para los niños y los más viejitos.

Los vecinos de la zona también perdieron sus fincas de cafe. Foto Alex Sabillón

Estuvimos varios días así, era feo esa situación, pero tocaba aguantar que vamos hacer, luego me vine a mi casa, con miedo estoy porque quedó rajada, yo no duermo me levanto en las noches con gran temblor en el cuerpo y con ganas de llorar, me duermo un rato y me despierto con sobresalto yo miro que la casa se me viene encima o me hundo con ella y yo grito, estoy mal soy un mar de nervios.

Mire tengo un nieto y sabe él está mal de la cabecita, se despierta de noche, nosotros llorando y grita y dice papá me tumbo la casa, él fue y nosotros lo tratamos de consolar, pero viera cuesta eso es de día y noche, esta situación esta difícil ya no se que hacer no quiero comer, ni salir solo llorar.

Fui al médico a Peña Blanca, pero solo me dio unas pastillas para los nervios me dijo que nos tenía que tratar un psicólogo, porque quedamos traumados, por los derrumbes, yo la verdad quede con mucho miedo. Finalizó diciendo la señora María Vásquez.  

Un aproximado de 90 personas presentan problemas de nervios y traumas emocionales en la comunidad de El Zapote Gualala, por lo que solicitaron el apoyo del gobierno central con especialistas en salud mental. Redacción Alex Sabillón.