
Honduras. En medio de fuertes medidas de seguridad y un reducido número de familiares cercanos, se dio el último adiós este sábado al expresidente Rafael Leonardo Callejas (1990-1994), en uno de los cementerios de la capital hondureña.
Su sepelio se realizó en el cementerio Jardines de Paz Suyapa, donde un máximo de 20 personas estuvo presente, previo al entierro, se realizó un acto religioso corto con la presencia reducida de personas, entre ellas familiares, el designado presidencial Ricardo Álvarez como representante del gobierno y personas allegadas, además de algunos empresarios de la capital.
Alrededor de una hora duraron los eventos fúnebres antes de su entierro en la que familiares dedicaron unas palabras al exmandatario, miembros de la Guardia de Honor entregaron la bandera de Honduras a la esposa del ex dignatario, Norma Regina Gaborit, lo que equivale cuando el país devuelve los colores de la patria a una persona que ostentó una investidura como la presidencia de la república u otro cargo importante dentro del gobierno.

El ataúd donde descansa el cuerpo de Rafael Callejas fue llevado a su tumba por personal del cementerio que estaban protegidos con equipos de bioseguridad como parte de los protocolos sanitarios en estos momentos de pandemia, además que los participantes también se protegieron y realizaron las medidas de prevención.
El país se encuentra en medio de una emergencia sanitaria por el COVID-19. Se ha restringido la circulación en las calles como la aglomeración de más de 50 personas, lo que provocó fuera una ceremonia fúnebre casi privada, donde por primera vez se seleccionó quienes podían asistir a un funeral.
El cuerpo del exmandatario hondureño salió en horas de la mañana desde la Fuerza Aérea de Honduras (FAH), lugar donde permanecía su cuerpo desde el jueves, recorriendo todo el Anillo Periférico siendo escoltado por agentes de la Policía Nacional con rumbo hacia su última morada.
Durante el trayecto hacia al cementerio, simpatizantes salieron a las orillas de la calle con banderas de Honduras y del Partido Nacional para dar el último adiós y solidarizarse con los familiares en el momento que pasaba el carro fúnebre. No se permitió que personas particulares estuvieran en las honras fúnebres, al igual que tampoco hubo acceso a los medios de comunicación.
