
Santa Bárbara Honduras…Una discapacidad especial no es razón ni motivo para no superarse y poder salir adelante además de cumplir metas y sueños esta es la historia de un Santabarbarense a pesar de ser no vidente trabaja a diario.
Samuel Gámez es un no vidente que a pesar de su discapacidad especial a luchado para salir adelante y cumplir sus funciones como padre, a diario se dedica a la venta de arena, piedra y tierra para relleno además de trabajar cargando volquetas.
Con mucha nostalgia nos contó como un día trabajando de albañil en una colonia de San Pedro Sula repellaba una casa se agacho y cuando se levanto sus ojos se nublaron para siempre y no volvió a ver la luz del día, visito varios médicos se realizó muchos exámenes, pero ninguno pudo dar con la causa de su ceguera.
Después de un tiempo de meditar sobre su situación decidido seguir su vida de una forma normal y empezó a trabajar de diferentes maneras a pesar de su discapacidad no se rindió y con los meses encontró en la venta de arena una forma de ganarse la vida.
Este hondureño sirve como inspiración para muchas personas que aun no sufriendo discapacidades muchas veces se quejan de cualquier situación de la vida, Samuel no ve la luz del día y a diario se gana entre 400 y 500 lempiras los cuales son suficiente para poder vivir y tener lo necesario.
Samuel Gámez es casado pero su esposa al verlo en esta situación decidió abandonarlo, y nunca mas supo de ella y de sus hijos, después del abandono de su esposa decidió trasladarse a la comunidad de Macholoa Santa Bárbara de donde es originario.
Estando en Macholoa procreo un hijo más con una vecina de esta comunidad. hoy en día dice ser su motivo, entusiasmo voluntad de trabajo y ganas de salir adelante ya que tiene muchos sueños y metas que cumplirle a su hijo.
Su pasatiempo preferido es cantar y en más de una ocasión se dado a la tarea de escribir canciones inéditas de su propia inspiración y además contar chistes y cuentos a los niños de Macholoa.
Aprovecho para enviar un mensaje a todas aquellas personas que viven con discapacidades especiales a que no se rindan y se fijen metas en su vida y nunca bajen los brazos a pesar de sus limitaciones. Además, manifestó que agradece al gobierno de Honduras por la ayuda que le brinda ya que cada mes recibe un bono de 2400 lempiras los cuales le sirven para cubrir las necesidades básicas de su hijo.
Este hondureño camina en la orilla del rió ulua donde se dedica a recolectar arena, graba y piedra para posteriormente dedicarse a venderla a las ferreterías y personas que se dedican al negocio de venta de arena.
