
Santa Bárbara Honduras. Santa
Bárbara se une ante pandemia de coronavirus, algunos vecinos del departamento
que tienen la posibilidad económica y material ayudan a la población mas
necesitada de la región, compartiendo alimentos como ser granos básicos, leche
y carne de res.
En momentos en que la peste del Covid 19 arrecia y sus consecuencias se vuelven más crudas, la solidaridad es una obligación y debe ser una primera regla de vida en nuestro país, muchos ciudadanos han destinado fondos para ayudar al más necesitado.
Los menesterosos de Honduras, que son la mayoría de la población, son el grupo que más ha sufrido por el estado de excepción impuesto en aras de contener la expansión de la pandemia, las personas que a diario salen a la calle a buscar el pan de cada día hoy no lo tienen y son victimas del hambre y a la desesperanza.
Y es que se trata de un porcentaje superior de compatriotas que no cuentan con una fuente de ingresos segura y que apenas y pueden sobrevivir gracias a actividades informales que realizan eventualmente, como ser limpiar solares, vender productos en la calle y pequeñas microempresas de tortillas y pan.

Son los hondureños pobres que viven con apenas dos dólares diarios o con un poco más, de acuerdo con cifras recopiladas y reflejadas en informes de organismos internacionales y del mismo Instituto Nacional de Estadísticas. Estadística que son muy conocidas por el gobierno y aun así no han apoyado a estas familias con hambre.
La paralización de las actividades comerciales, industriales y empresariales, el cierre de todas las ciudades, así como las restricciones de circulación de personas, han dificultado aún más la vida de quienes tienen menos recursos, que viven en completo abandono, alcaldes y buenas personas les han tendido la mano solidaria con pequeñas ayudas con víveres.
A través de los medios de comunicación, los compatriotas de bajo estrato social han clamado por alternativas que les permitan salir a flote en la presente crisis sanitaria, porque –como es característico de su condición- viven nada más con lo que pueden agenciarse día a día, hoy debido a la pandemia del coronavirus se les limita la libre circulación y poder salir con un machete u otra herramienta a ganarse la comida del día.

La crisis sanitaria tiene repercusiones sobre todos los sectores, sin excepción: Los empresarios, los industriales, los obreros, los campesinos, los empleados del sector público y los colaboradores del sector privado, pero con mayor auge en los mas pobres de la sociedad hondureña.
Las autoridades del país han anunciado un programa dirigido a abastecer de comida a unas 800 mil familias, unos tres millones de hondureños más afectados. De la misma manera, se ha hecho el compromiso de entregar un subsidio a 350,000 adultos mayores y discapacitados, lo cual es una esperanza para la población, la cual se pregunta llegara ese apoyo a mi hogar, ¿cuándo?
Sea como fuere, son medidas de alivio en tiempos de covid-19, una pandemia que debe servir de base para impulsar la solidaridad entre todos los hondureños. Que los que más tienen, se despojen de todo egoísmo, mezquindad, y de toda podredumbre que les impida compartir y contribuir con la buenaventura de tenderle la mano a los desposeídos.
Éste es tiempo de compartir, de dar, de apropiarnos del llamado a buscar el bien, de ayudarnos los unos a los otros y de convertir a Honduras en un solo pueblo que lucha en una emergencia sanitaria de dimensiones apocalípticas, la población de Santa Bárbara agradece a todo buen vecino que ya no vende la leche y a diario la lleva a los mas pobres de sus municipios.
