
Santa Bárbara Honduras. Ninguno de nosotros estaba preparado para lo que estamos viviendo. Aún en los casos donde alguna enfermedad o condición nos haya mantenido en casa por varios días, éramos solo nosotros y no todos, para muchos esta situación se vuelve desesperante.
Por tanto, es necesario que tomemos las medidas necesarias para mantenernos lo más estables posible, dentro de lo que cabe. Procurar el mantener nuestras rutinas es vital para disminuir los efectos ansiosos que este tiempo en casa puede provocarnos.
Mediante llamada telefónica consultamos a la psicóloga Andrea Maldonado sobre la situación, quien manifestó a pesar de que nos aburre la rutina, en tiempos de crisis, es vital, pues nos genera un equilibrio emocional y nos orienta. Es necesario mantener nuestros horarios lo más similares posibles. Aunque la idea de permanecer en casa resulte muy atractiva, con el paso de los días esta actitud genera mucho estrés, mal humor, ansiedad y angustia.

La actividad física es muy importante, esto nos ayuda a regular las emociones y aumentar la sensación de bienestar, por lo que debemos caminar o aprovechar para bailar o jugar con nuestros hijos aun dentro de nuestra vivienda, principalmente actividades donde estemos en movimiento. Por otro lado, mantener los horarios de sueño y los tiempos que dedicábamos a las actividades de casa, como ver televisión y redes sociales.
Es importante dedicar únicamente unos minutos a informarnos de las nuevas directrices de salud, en fuentes confiables y el evitar estar compartiendo información de este tema, así como hablar mucho de esto, ya que esto solo aumenta la preocupación y la ansiedad.
Cuidar nuestra salud mental es igual de importante que cuidar nuestra salud física, ya que esto mejora el funcionamiento de nuestro sistema inmunológico. De la misma manera que nos lavamos las manos, debemos cuidar nuestras emociones y la manera como nos relacionamos con ellas. En estos momentos es normal sentir miedo, enojo, preocupación o angustia, incluso ansiedad donde nos da mucha hambre o nos quita el apetito, querer negarlo solo empeora la situación, debilita nuestro sistema inmunológico y nos altera.

Cuando hablamos de lo que sentimos, reconocemos que esto es algo que la mayoría de los habitantes del planeta siente en este momento, y es normal y está bien. No me regaño, ni me juzgo, al contrario, acepto que esto es difícil y que necesito descubrir lo positivo de este tiempo en casa.
Una de las maneras para mantenernos más estables en situaciones como estas, es el ponernos un objetivo para estos días. Por ejemplo, dedicar tiempo para hablar con familiares y amigos, armar un rompecabezas, leer un libro o retomar alguna actividad en el hogar que dejaste de lado por falta de tiempo.
Otra de las maneras para ayudarnos a mantener la calma en estos días, es el ver este tiempo como una oportunidad para valorar lo que realmente es importante para nuestra vida e invertir en ello. Ver lo positivo de esta situación nos ayuda a focalizar nuestro sistema de calma y a desactivar el sistema de amenaza que en estos días está más activo que nunca.
En el caso de los niños, es importante luego de una semana en casa; el procurar mantener un horario lo más similar al cotidiano. Porque no estamos de vacaciones, porque si lo estuviéramos pudiéramos salir, pasear y jugar con los amigos. Por lo que tratar de levantarse temprano y bañarse, así como leer o repasar las materias, para los que no tienen clases, les ayuda a mantener su mente en otras actividades. Es importante que esto se haga de forma que no genere una batalla, porque todos estamos más sensibles en estos días y los niños no son la excepción.
Se puede aprovechar para incluirlos en actividades cotidianas de las tareas de hogar, de manera que mientras juegan también participan de la elaboración de comida, por ejemplo, aunque esto implique más tiempo, de todas maneras, ahora tenemos ese tiempo.
Es una excelente oportunidad para hablar con ellos y dedicarles tiempo, conversar sobre las emociones, sobre lo que sienten. Pues conforme vayan pasando los días, los berrinches, las peleas, los gritos y los llantos, serán más constantes y nosotros como padres estaremos más cansados, menos tolerantes. Por lo que, si hablamos de lo que sentimos, sin querer generar pánico, sino validando las emociones y reconociéndolas como normales, estaremos brindado un espacio valioso en su confianza y en el vínculo con ellos.
Cuando tenemos más de un hijo, podemos dedicarle algunos minutos al día a cada uno, para leer un cuento o para disfrutar de un juego de mesa o solo para hacer adivinanzas. Reconocer que ellos también se estresan y se preocupan ya es un gran paso, aceptar que no tienen aún las herramientas para expresarlo, ni para regularlo, nos ayudará a mostrarles la manera de cómo hacerlo. Si estos otros días, estuvieron más como de vacaciones, no pasa nada, puedes empezar a volver a la rutina mañana. concluyo diciendo la psicóloga
