Santa Bárbara, Honduras. www.loschuñas.com. Gualala es uno de los 28 municipios que conforman el departamento de Santa Bárbara, una de las características de este pueblo es que cada año su población es menos, siendo su casco urbano y un par de aldeas las que menos población tienen.
Gualala es un pintoresco pueblo de Santa Bárbara, ubicado a tan solo 15 minutos de la cabecera departamental y a una hora de la ciudad de San Pedro sula, está a orillas de la carretera que conecta el occidente con la zona norte y la capital Tegucigalpa.
Desde hace un par de décadas este municipio se ha convertido en un pueblo fantasma, donde rara vez se puede observar una persona circulando por sus calles, la falta de empleo ha obligado a su escaza población a emigrar a otras ciudades del país como San Pedro Sula y Tegucigalpa, otros se han ido a países como Estados Unidos y España.
Cuenta con un aproximado de 180 viviendas, donde unas 40 casas permanecen cerradas, sus dueños viven en otros sectores de Honduras o en otro país, sus familias son de tres o cuatro miembros y en su mayoría personas mayores de 50 años.
Gualala Santa Bárbara, cuenta con una infraestructura de primera, un bello parque adorna el centro del pueblo, sus calles están pavimentadas en su totalidad, tiene un servicio de agua potable las 24 horas y un buen sistema de alcantarillado, además con uno de los mejores estadios del país.
Sergio Pineda es un joven del municipio, que de adolescentes emigro a la ciudad de San Pedro Sula en busca de mejores condiciones de vida, en una entrevista a este medio de comunicación a manifestado que añora aquellos tiempos donde Gualala era un municipio muy poblado.
Pineda expreso que extraña aquellas pulperías donde los vecinos de Gualala y sus aldeas podían encontrar cualquier producto, además de ropa y zapatos, hoy en día tenemos que ir a Santa Bárbara a comprar lo que necesitamos siento que hemos retrocedido, dijo.
Otros vecinos expresaron que es preocupante la situación en Gualala, ya que podría desaparecer con los años, debido a que la mayoría de la habitante es ya muy adulta y apenas uno o dos niños nacen en el casco urbano del municipio.
Los pocos jóvenes al cumplir la mayoría de edad se van a San pedro Sula u otras ciudades en busca de un empleo, unos para continuar estudiando y otros para poder apoyar a su familia, las cuales en su mayoría viven de las remesas que reciben de sus parientes.
Otro sector de la pequeña población vive de la ganadería y la agricultura, algunos adultos mayores trabajan como jornaleros en la limpia de potreros, como ayudantes de albañilería o cualquier otro tipo de trabajo, las amas de casa se dedican a sus quehaceres domésticos y cuidar a su familia, y unas cinco familias a pequeñas microempresas de venta de pan y comida.
Este bello rincón de Honduras es un lugar de paz, casi nunca se dan hechos violentos, sus habitantes son hospitalarios y serviciales, es de las pocas comunidades que se sigue practicando la solidaridad, donde vecinos comparten alimentos y frutas entre sí. Redacción Alex Sabillón.
